«Quiero ser recordado como alguien que le abrió camino a otros. Mi deseo es que el legado musical que hemos dejado perdure por generaciones»
Esta es la premisa con la que Marcos Witt presenta su nuevo álbum LEGADO: Generaciones adorando. El reconocido salmista y pastor tiene un propósito claro con esta producción musical, y es el de transmitir, como su nombre lo indica, el legado de adoración a las nuevas generaciones de músicos cristianos.
El significado de un legado
Cuando hablamos de legado, nos referimos a aquello que una persona transmite a otros como herencia: valores, principios y pasión que permanecen más allá del tiempo y de las modas. En este caso, el nuevo álbum de Marcos Witt, más que un lanzamiento musical, es una entrega intencional de verdades eternas por medio de la música. Estas invitan a adorar a Dios y a recordar lo que ha sido el ministerio del artista.
Hablar de Marcos Witt es traer a conversación a un pionero de la adoración. Él es un emisario del mensaje de Jesús a través de melodías y letras que han resonado por décadas y transformado la vida de millones. Sin duda, su nombre, sus canciones y su pasión por Dios quedarán grabados en la historia.
Canciones que se renuevan
El mayor bien que Marcos Witt puede dejarle a la nueva generación es la adoración por medio de sus canciones. Esta nueva producción está compuesta por 11 éxitos musicales que han marcado su trayectoria. Las composiciones que impactaron los corazones en los años 80, 90 y 2000 vuelven a escucharse en plataformas digitales. Así, llevan al público de todas las edades a tener momentos de conexión con Dios.
Esto demuestra que la alabanza tradicional no ha quedado en el olvido. Más bien, se renueva sin perder su esencia por medio de las voces de los artistas de este tiempo. Incluso, llega a formar parte de esa nueva canción que esta generación levanta para exaltar a Jesús.
Voces actuales, legado eterno
Como representación de la nueva ola de adoradores que reciben este legado, Marcos Witt convocó a las voces cristianas que están sonando en la actualidad. Cantaron junto a él sus producciones más reconocidas. Para los nuevos artistas fue un honor adorar a Dios con canciones que marcaron su infancia y adolescencia. También tienen claro que es una responsabilidad, ya que deben mantener este poderoso legado.
«Un legado no se trata solo de lo que dejamos, sino también a quiénes les abrimos el camino», dice Marcos Witt acerca del corazón de su nuevo álbum. Es un proyecto en el que seleccionó voces frescas que han estado emergiendo en América Latina.
La misma canción, nuevas voces
El álbum Legado hace eco de lo escrito en el Salmo 145:4:
Que cada generación cuente a sus hijos de tus poderosos actos y que proclamen tu poder (NTV).
La combinación de canciones que resonaban en la iglesia tradicional en Latinoamérica con los colores vocales de adoradores de la generación milenial y la generación Z demuestra algo importante. Los cambios generacionales dentro de la iglesia no significan el olvido de lo que se ha hecho antes, sino la continuación remasterizada de ese mensaje. Así, ningún corazón se queda sin la oportunidad de adorar a un Dios que se hace presente cuando le cantan.
Presencia real en cada grabación
Eso es lo que ocurrió con la grabación de este álbum. Conforme han sucedido los lanzamientos, cada uno de los artistas invitados por Marcos expresa lo que vivieron durante las sesiones. «El día que grabamos esta canción, la presencia de Dios cayó muy fuerte en ese cuarto. No podíamos parar de llorar», contó Waleska Morales respecto al Mashup Temprano yo te buscaré y Yo te busco, primer sencillo del álbum.
Marcos Witt asegura que cada canción que ha escrito refleja o responde a su necesidad de Dios en cada temporada. De ahí su deseo de transmitirla a las nuevas generaciones en un sonido que puedan disfrutar y agregar a sus propias playlists. Porque los tiempos corren, las plataformas se actualizan y la vida puede sonar de forma más variada. Lo importante no es el género musical, sino que las formas en que Dios se ha mostrado puedan ser recordadas por cada persona que cree en Él, sin importar su edad.
Nostalgia que alegra
Poderoso es el segundo sencillo de este álbum. Es una canción claramente alegre que recuerda a quien la escucha que, sin importar las circunstancias, Dios está al mando y no hay de qué temer. Esta canción nació en 1993, una época difícil para la iglesia evangélica. Por eso, para algunos podía resultar incoherente ver a un grupo de personas con los puños en alto cantando en coro: «Poderoso, poderoso…», junto con trompetas y batería, una combinación musical novedosa para esos tiempos.
Así como cada persona tiene su propia playlist con momentos sonoros de su vida, la iglesia también tiene su banda sonora. Marcos Witt ha sido testigo de esta realidad. Ha visto cómo, poco a poco, los géneros y los instrumentos han ido sumándose a las tarimas de iglesias en toda América. Hoy existen canciones Worship más ricas, variadas y aterrizadas a la realidad de cada lugar. Canciones que han dado ánimo, consolado lágrimas de dolor y acompañado celebraciones.
La música como camino común
Otra cosa particular en este álbum ha sido notar el poder de unidad que existe en la música. Casi todos los invitados pueden dar fe de cómo las canciones tradicionales fueron parte fundamental de su fe desde niños.
«Recuerdo a mis papás contarme de sus retiros, donde Marcos iba a tocar y componía canciones para los retiros de jóvenes (…) Creo que de una manera directa e indirecta esto pavimentó el camino para que mis hermanos y yo podamos hacer lo que hacemos», cuenta Kim Richards, vocalista de la banda Un Corazón, ganadores del Latin Grammy en 2024. Ellos colaboraron en el cuarto sencillo del álbum Legado con la canción Tu fidelidad.
«No puedo cantar esto sin llorar de agradecimiento», agrega Kim respecto al lanzamiento.
Adoración sin límites ni fronteras
Si la diferencia generacional no es impedimento para adorar a Dios, mucho menos lo son los idiomas. Esto queda comprobado con la colaboración de la cantante australiana TAYA en el tercer sencillo Al estar aquí. Es una canción que lleva a la iglesia a rendirse por completo a Dios.
«Nació del anhelo de su presencia. Cuando apagamos el ruido y lo buscamos de todo corazón, él nos transforma, nos moldea y nos hace más como él. Espero que esta nueva versión les ayude a encontrarse más íntimamente con la dulce presencia de Dios», cuenta Marcos Witt.
La misma TAYA expresó: «¡Esta canción ha tenido una respuesta tan dulce! Estoy honrada de haber puesto mi voz y testimonio aquí. (…) ¿Te imaginas que cantáramos esto todos juntos, Marcos?»
Esto recuerda el cuadro celestial que muchos seguidores de Jesús esperan experimentar: sin límites de lenguaje, raza o nación que impidan disfrutar de la presencia de Dios.
Un álbum con propósito generacional
Legado es un álbum que habla de unidad generacional, adoración sin límites y completa unidad. Las voces que se escuchan, además de ser jóvenes que crecieron en la iglesia, representan la nueva ola de adoración que le canta a Dios.
«Legado nació del deseo profundo de ver generaciones adorando juntas. Es muy fácil pensar que la adoración tiene que sonar como nosotros, verse como nosotros, sentirse como nosotros, pero Dios ama la diversidad generacional. Cada generación refleja una parte distinta de su corazón. Y cuando nos unimos, no solo cantamos, revelamos su gloria en unidad», afirma Marcos Witt.
Tour Legado: más que una gira
El 1 de junio dio inicio el Tour Legado de Marcos Witt. El Auditorio Nacional de Ciudad de México fue el escenario de apertura. No solo marcó el lanzamiento del nuevo álbum, sino también el inicio de una gira de conciertos con tres premisas claras:
- El legado no se trata de imponer una manera de hacer las cosas, sino de moldear con la vida lo que creemos. Vivimos para inspirar y dejar huellas que otros puedan seguir hacia Dios.
- Cada generación tiene su sonido, su forma, su lenguaje, pero todas tienen algo valioso que ofrecer al corazón de Dios. Esa es la riqueza de la iglesia multigeneracional.
- Honramos el pasado, abrazamos el presente y sembramos con fe para el futuro. El legado más valioso no es una canción, sino una vida que inspire a otros a adorar.